AMPO

“ Diez años después de haber hecho este proyecto

entendí por fin que para contemplar verdaderamente la luz

es indispensable cerrar los ojos y mirar hacia adentro ”

AMPO

Ampo toma su nombre del color blanco resplandeciente. Se trata de un término utilizado, sobre todo, para referir el blanco de la nieve, o la blancura del pelaje de ciertos animales de los que se busca resaltar su pureza. El proyecto tuvo su origen en el mes de mayo del 2011, cuando, después de casi tres años de ensayo y error, logré producir fotografías mediante el proceso fotográfico del siglo XIX conocido como ambrotipia o colodión húmedo.

Ampo es una serie de retratos de personas albinas realizados a partir de poses que responden a cánones discursivos de la historia del arte, en especial de los siglos XIX y XX, en los que se comprende el retrato como medio de identidad, legitimidad y clasificación social; son capturas fotosensibles con composición decimonónica en plena era digital. El acto de traer este tipo de imágenes de alquimia al siglo XXI supone una postura política frente al flujo desacerbado de imágenes digitales producidas por los millones de usuarios de la web. En esta era de imágenes sintéticas, desacelerar la velocidad en su producción implica un acto de resistencia, de manera que esta insurrección debe entenderse como la posibilidad de tomar distancia frente a la pantalla y poder así contemplar de nuevo el mundo del que hacemos parte. Si esta idea utópica es posible, este gesto implícito en el acto creativo es lo que le otorgar validez y sentido a la publicación de un libro fotográfico de estas características.

El lector u observador encontrará que en todas las imágenes de la serie el modelo posa frente a la cámara con los ojos cerrados; este es un recurso estético que se utiliza por dos razones. La primera es que las personas albinas sufren de cierto nivel de fotofobia debido a la carencia de melanina en el iris ocular, lo cual produce lo que se conoce como nistagmo (movimiento involuntario de los ojos). Esto hace que el ojo del modelo albino se desplace constantemente y busque evadir los rayos de luz para explorar y comprender el espacio (algo muy similar al movimiento que realiza un escáner). La segunda razón es que se encuentra ligado a la naturaleza misma del dispositivo fotográfico, ya que en el caso de la técnica fotográfica utilizada, la ambrotipia o colodión húmedo, se requiere de largos tiempos de exposición para lograr una captura correcta. La construcción anacrónica de este tipo de retrato evoca el medio fotográfico de mediados del siglo XIX, cuando el fotógrafo requería elementos como él “apoya cabezas” a fin de obtener fotografías congeladas de sus modelos, o pedía a estos posar con los ojos cerrados para, posteriormente, intervenir de manera pictórica las placas y lograr así, de cierta forma, un proceso híbrido entre la captura fotográfica y la representación pictórica.

Toda mi obra ha estado ligada desde su origen a la imperiosa presencia de la enfermedad y la muerte. En la mayoría de los casos, mis piezas meditan en torno a la inevitable desaparición del cuerpo humano y su relación analógica con el dispositivo fotográfico, razón por la cual siempre ha despertado interés en mí la idea de dar voz a aquello que está silenciado o que está destinado inexorablemente a permanecer invisible. Ampo nació de una relación técnica que se establece entre el medio fotográfico y el modelo a fotografiar, en este caso en particular, las personas albinas. Si bien el soporte en la ambrotipia (la placa de vidrio) se manifiesta como una imagen negativa sobre una superficie blanca, cuando la placa se dispone sobre un fondo negro la imagen evidencia de manera positiva su contenido. Este simple comportamiento implícito en el colodión húmedo me llevó a reflexionar acerca de cómo reconocemos y hacemos visibles ciertos territorios o cuerpos en el lenguaje fotográfico, de manera que me vi impulsado a abordar un grupo humano que, a causa de la despigmentación de su piel, ha sido segregado, discriminado e, incluso, perseguido en el trascurso de la historia de la humanidad. De esta forma, este proyecto fotográfico, ahora libro, se dispone como un dispositivo por el que el sujeto fotografiado evidencia el soporte del medio y, a su vez, el medio restituye la condición del sujeto fotografiado. La propia pieza evidencia la condición del modelo mientras que, mediante la positivación y a través de un fondo oscuro, la imagen se hace visible: en el blanco sobre blanco —el ampo— solo la irrupción de la oscuridad permite ver.

Diez años después de realizar este proyecto entendí, por fin, cómo para contemplar verdaderamente la luz es indispensable cerrar los ojos y mirar hacia adentro. Este libro es un experimento creativo de imágenes transdisciplinario a manera de montaje y contiene textos de algunas de las personas que más quiero en la vida. Es también un afectuoso homenaje a la Fundación Albinos de Corazón y a la Fundación Contrastes Albinos por Colombia.

Javier Vanegas

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